Adam Hinton, el fotógrafo que se atrevió a entrar en la prisión de El Salvador
El fotógrafo británico Adam Hinton ha fotografiado algunos de los lugares más peligrosos del mundo. Sitios que nadie se atreve ni a mencionar. Y lleva 50 años haciéndolo. En 2013 se adentró en la prisión de Ciudad Barrios, en el sur de El Salvador, una de las más temidas del planeta. Pese a estar construida para 800 reclusos, en esta prisión viven hacinados a día más de 2.500 presos; la mayor parte de ellos, miembros de la ‘Mara Salvatrucha’, una de las mafias más crueles y peligrosas de América Latina.
La prisión está organizada por los propios delincuentes. Hay una panadería, una sala de rehabilitación básica e, incluso, un hospital. «Al entrar en la prisión de pronto te das cuenta de que no hay guardias alrededor», explica el fotógrafo en su web sobre este trabajo. Y es que, la policía no se atreve a pisar el interior de la prisión, tan sólo se ocupan de controlar desde el alrededor los intentos de fuga y poco más con el apoyo, eso sí, de militares entrenados.
La prisión de Ciudad Barrios comenzó a nutrirse de los exiliados salvadoreños que, en la década de 1980, huyeron de la guerra civil de El Slavador y se asentaron en Los Ángeles. Cuando la guerra terminó en el año 92, fueron enviados de regreso a su país y trajeron la cultura de las pandillas con ellos. Hinton quiere poner en primer plano la historia de la guerra civil y el conflicto de clases que aún continúa en El Salvador. Él no presenta bandas como grupos de violencia sino como grupos cuya violencia surge de una sociedad dividida y muy empobrecida.
Adam Hinton ha contado en diversas ocasiones que, además de acogerle de forma natural, los internos se sintieron muy a gusto con él, tanto que posaron para él en una serie de 20 fotografías en la que los retratos de los reclusos tatuados son los grandes protagonistas. “En lugar de pensar en estos lugares como sitios peligrosos llenos de gente mala, yo lo veo como una familia que quiere lo mismo que nosotros: un trabajo decente y buenas condiciones para sus hijos” ha explicado el fotógrafo británico a varios medios. Pese a esa naturalidad con la que Hinton se enfrenta a situaciones tan peligrosas como ésta, no podemos evitar sentir cierto temor. Hay fotografías con gran valor.
¿Os atreveríais a fotografiar lugares como éste?
No os perdáis algunas de las imágenes de su trabajo en el prisión de El Salvador: