¿Fotografía analógica o fotografía digital?
En plena era digital, en el mundo de los filtros de Instagram, se está produciendo una curiosa paradoja: con cada vez más aplicaciones móviles dedicadas a la fotografía digital, con cámaras cada vez más potentes y con más megapíxeles de definición, y con smartphones vestidos con ópticas que son la envidia de cualquier cámara que se precie, resulta curioso ver cómo, subida a la ola de lo vintage y lo retro, asistimos al desarrollo de una tendencia creciente que está provocando un auge inesperado de las cámaras fotográficas analógicas, especialmente de aquellas que ofrecen la posibilidad de imprimir las imágenes al instante.
Aunque el regreso de este tipo de cámaras analógicas era ya una evidencia apreciable al pasear por cualquier superficie comercial o tienda especializada y observar cómo han aumentado las cámaras lomográficas y cómo se ha desatado la fiebre por las Polaroid, el diario ABC, tras consultar a varios establecimientos de venta, constataba en un artículo publicado en su edición web que la demanda de equipos analógicos se ha traducido también en un aumento considerable en la venta de este tipo de cámaras.
Los motivos que explican este auge van desde la ya comentada eclosión de lo retro y lo vintage, que ha convertido a objetos en apariencia anticuados en herramientas de culto, pasando por la concienciación cada vez mayor de los usuarios por un concepto: el de perdurabilidad. Si con las cámaras digitales y los móviles nos saturamos haciendo miles de fotos, una tras otra, y luego raramente imprimimos alguna (quedando guardadas en una memoria que es el nuevo baúl de los recuerdos), con la fotografía analógica se premia captar el verdadero instante, elegirlo bien, y conservarlo en papel. Menos fotos, pero más especiales. Perdurabilidad y recuerdo en vez de cantidad.
Más allá del incremento en las ventas de dispositivos analógicos, la prueba fehaciente del renovado interés por las cámaras analógicas es el desarrollo de numerosos proyectos y páginas web relacionados con la fotografía analógica y, de manera especial, con la lomografía y el universo Polaroid. Dentro de todos ellos, uno de los más destacados es el de Impossible Project, que tras anunciarse en 2008 el fin de los míticos carretes Polaroid (los que enmarcaban la foto en un cuadro blanco), se hizo con el equipo que hace posible este tipo de fotografías.
El resultado lo podemos ver en su página web, donde el proyecto conjuga a la perfección fotografía analógica y digital. Así, por un lado, puedes adquirir cámaras fotográficas Polaroid(cuyo precio oscila entre los 100 y los 450€) o papel fotográfico con los más diversos filtros y de los más diversos colores para capturar imágenes e imprimirlas de forma instantánea. Por otro lado, gracias a un aparato llamado Instant Lab (150€), que a través de una app y un (en apariencia) sencillo proceso, permite transformar imágenes captadas con el móvil en auténticas fotografías Polaroid listas para ser imprimidas. Además, para reforzar y unir a la comunidad que ha surgido alrededor del proyecto, Impossible Project ha creado una galería online a la que los usuarios pueden subir sus mejores fotos y aspirar a ganar premios y cupones descuento.
La fotografía analógica está más viva que nunca.