Hay fotógrafos que encuentran en sus hijos, como buenos pintores clásicos, a sus particulares musas, sus fuentes de inspiración para llevar a cabo determinados proyectos fotográficos en los que ellos, sus hijos, son los auténticos protagonistas y se convierten en improvisados actores para representar mundos reales o imaginarios. En el post de hoy, para aligerar un poco este sofocante calor de verano, hemos recopilado tres proyectos que nos han impresionado y en los que los hijos de los fotógrafos se convierten en objeto de encuadre y en los auténticos protagonistas de las instantáneas.
Un astronauta en la tierra
“Small Steps Are giant Leaps” es el proyecto fotográfico de Aaron Sheldon, que captura y expande la inocencia y la imaginación de su hijo con una serie fotográfica que es un canto a la vida y al disfrute de los momentos cotidianos que pasan juntos. Instantes que por regla general vivimos como si fuésemos auténticos autómatas y a los que Sheldon ha dotado de un nuevo significado con algo tan sencillo como disfrazar a su hijo de astronauta. De esta forma, en sus capturas podemos ver a su hijo en una lavandería, un supermercado o un cine, por ejemplo, y esos momentos adquieren una dimensión totalmente novedosa con su hijo vestido de astronauta. Una serie que nos recuerda las ganas de explorar de los niños y su innata capacidad para hacer de la rutina algo especial y que merece la pena ser vivido.
Protagonistas de una historia de terror
En “After Dark My Sweet”, el fotógrafo norteamericano Joshua Hoffine se mete de lleno en el mundo de las pesadillas infantiles y las convierte en realidad utilizando a sus hijas como improvisadas modelos. No sabemos si le concederán el premio a mejor padre del año, pero lo cierto es que sus alegóricas instantáneas, tomadas con un más que cuidado y laborioso montaje y escenificación, representan el terror de las pesadillas en estado puro. Joshua Hoffine lleva ya una década firmando estas capturas. Y parece que tiene cuerda para rato. Al menos mientras sus hijos quieran seguir ejerciendo como modelos para sus particulares fotografías. La diversión y la imaginación, eso sí, la tienen asegurada.
Homenaje a los pintores clásicos
Al principio del post hablábamos de musas y si hay un proyecto en el que un fotógrafo ha encontrado la suya es en el del artista australiano Bill Gekas, que demuestra en sus imágenes la pasión ferviente que siente por sus dos grandes amores: el arte y su hija Athena. Así, desde que tiene cinco años, el fotógrafo ha vestido a su pequeña como una campesina, una cortesana o una sirviente de los siglos XVII o XVIII y, utilizando en sus fotografías los juegos de luces de los pintores barrocos de la edad de oro holandesa como Rembrandt o Vermeer, nos plasma a su hija como si de la joven de la perla se tratase.