El 1 de enero se inauguró en CaixaForum Madrid una espectacular retrospectiva sobre uno de los fotógrafos más emblemáticos del siglo XX, el letón nacionalizado americano Philippe Halsman (1906-1979). Una selección de más de 300 fotografías divididas en cuatro etapas recorren la carrera fotográfica de un artista sin igual que tuvo ante su cámara a algunos de los rostros más emblemáticos de su época: desde políticos como Nixon o Churchill; hasta genios como Dalí o Einstein; pasando por estrellas del celuloide y la canción como Marilyn Monroe, Louis Armstrong, Audrey Hepburn, Frank Sinatra o Marlon Brando.
El hombre de las 101 portadas de Life
En 1970 Philippe Halsman alcanzó una cifra histórica: 101 portadas de la revista Life. Había empezado a trabajar para ella en 1942. Dos años antes, ante la llegada cada vez más inminente del ejército nazi a París y debido a su condición de judío, abandonó la capital francesa, en la que había recalado tras cumplir dos años de prisión por matar, supuestamente, a su padre, en un juicio sin pruebas en el que pesó el antisemitismo imperante. Albert Einstein le ayudó en su huída. Como le ayudó también en su lucha contra una condena que muchos consideraban injusta.
Einstein, precisamente, fue imagen de una de esas portadas. Esa y otras muchas de las 101 portadas firmadas por Halsman forman parte ahora de la exposición que CaixaForum Madrid dedica hasta el próximo 26 de marzo a un fotógrafo que marcó una época. Instantáneas todas ellas que reflejan el estilo inconfundible de un artista de la imagen que hizo del humor, la innovación, la imaginación y su inagotable capacidad para sorprender (de ahí el título de la exposición, ‘Philippe Halsman, ¡Sorpréndeme!’) sus señas de identidad.
Jumpology, el gran legado de Halsman
Hoy en día es habitual hacernos fotos saltando para capturarnos en pleno vuelo. El estilo, bautizado como jumpology o jumping style, fue una de las innovaciones que Halsman dejó como legado para la historia de la fotografía. Saltando capturó a Marilyn Monroe. Y saltando, en una de las imágenes más icónicas e inolvidables de la historia, cazó a Salvador Dalí, al que le unió una gran amistad y complicidad.
«En un salto, la máscara se cae. La persona real se hace visible», afirmaba Halsman, que buscaba con los saltos conseguir una imagen más natural de sus modelos, lejos del artificio de las poses. Pese a ello, también fue un maestro del retrato: ahí están como ejemplo sus retratos de Kennedy o Muhammad Ali. O la divertidísima captura del cineasta británico Alfred Hitchcock.
La exposición de CaixaForum acoge en sus secciones estas dos vertientes del trabajo del fotógrafo letón y también, por primera vez, hace un repaso a las fotografías de sus años en París, su etapa inicial, en los que entre otras trabajó para la revista de moda Vogue. Por la moda, precisamente, empezó todo, así que no es de extrañar que la muestra le dedique uno de sus apartados.