La fotografía de niños parece una misión imposible de cumplir (¡con éxito!) hasta para el mejor y más experimentado de los profesionales. Y es que, los pequeños no paran de moverse, lloran, se cansan, corren… Verles en calma es siempre complicado pero parece que a la hora de fotografiarles su inquietud se multiplica. ¿Qué tendrá la cámara?
Que no cunda el pánico. Pese a que es una tarea un poco trabajosa no es imposible y puede ser más sencillo si tenemos en cuenta 5 trucos para fotografiar niños. ¿Preparados? ¡Vamos allá!
1. Olvídate de los posados. En la fotografía de niños la naturalidad es la mejor de las opciones para conseguir instantáneas bonitas. Olvídate de posados imposibles porque solo conseguirás caras de susto o de circunstancia. ¡Viva la espontaneidad!
2. Mejor, en exteriores. La luz natural y los espacios naturales son buenos aliados para conseguir esa naturalidad que buscamos. Localiza un lugar en el que se sientan cómodos y tranquilos. O mejor aún, en su salsa como por ejemplo un parque o el campo.
3. Busca el momento ideal del día. Los niños se cansan, tienen sueño o hambre y eso les agita. Si vas a realizar una sesión de fotografías, y vaya por delante que todos los niños son imprevisibles, intenta elegir el mejor momento del día: después de la siesta, después de comer, por la mañana… Sus papás saben mejor que nadie cuando “suelen” estar de mejor humor y eso facilitará enormemente las cosas.
4. Evita utilizar flash. El uso del flash puede asustarles, sobre todo si son bebés o niños muy pequeños quienes van a ser fotografiados. Para evitar que lloren o se enfaden con semejante fogonazo, nada mejor que aprovechar la luz natural.
5. Cárgate de paciencia y sé persistente. Es la clave para conseguir tu objetivo. Dicen que “la paciencia es la madre de la ciencia”. Y no se equivocan. Así que ten esto en cuenta y cárgate de buen humor y persistencia para conseguir las mejores imágenes.
Los niños nos regalan instantáneas únicas, bellas, dulces, divertidas. Así que por complicado que pueda parecer, hay que fotografiarles. Y mucho. Porque ya lo dijo Serrat “Nada ni nadie puede impedir que sufran, que las agujas avancen en el reloj, que decidan por ellos, que se equivoquen, que crezcan y que un día nos digan adiós”.