
El Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) de Valencia acoge desde el pasado 21 de abril y hasta el próximo 4 de septiembre una exposición que reúne la fotografía documental de algunos de los grande retratistas estadounidenses que mejor plasmaron en sus instantáneas la realidad del país tras el crack del 29, cuando la población tuvo que sufrir en sus carnes los estragos de la Gran Depresión, un crisis de escala mundial que hizo llegar sus efectos hasta bien entrada la década de los años 40.
170.000 para ilustrar la Gran Depresión
En 1935, cuando los síntomas de la Gran Depresión provocada por el crack bursátil del ’29 se reproducían por todos los rincones de Estados Unidos con toda su crudeza, el gobierno presidido por el demócrata Franklin Delano Roosevelt puso en marcha un ambicioso proyecto de documentación fotográficaque dejó registrado para la historia las paupérrimas condiciones de vida de los granjeros y campesinos americanos, pero también los síntomas y las señas más trascendentes de un país que, sumergido en la crisis, iniciaba un acelerado proceso de transformación a todos los niveles.
En ese programa participaron algunos de los más reconocidas fotógrafos sociales de la época y miembros de la Farm Security Administration: Walker Evans, Dorothea Lange, Carl Mydans, Arthur Rothstein, Jack Delano, Marion Post, Gordon Parks o Rusell Lee. Y del programa, que se alargó hasta 1943, salió un gigantesco archivo de más de 170.000 imágenes que alimentó a la prensa y a las revistas ilustradas de la época (Life, Look, Fortune…) y que plasmó sobre el negativo la angustia de una población atrapada entre un presente desolador y un futuro cuanto menos incierto.
Una selección de 200 instantáneas en Valencia
Ahora el IVAM acoge en su muestra ‘Fotografía documental en Estados Unidos. Años 30’, incluída dentro de su serie ‘Caso de estudio’, una selección de 200 de las 170.000 instantáneas del proyecto del gobierno estadounidense, acercando de esta forma al público valenciano a algunos de los grandes exponentes de la fotografía social y haciendo un viaje en el tiempo para conocer a los precursores de esta corriente fotografíca, como Lewis Hine o Paul Strand, que reivindicó la simpleza, la pureza y el valor único e incomparable del registro de la realidad a través del objetivo de la cámara.

De esta forma, la exposición que acoge el Instituto Valenciano de Arte Moderno es una muestra única del poder de la fotografía para diseccionar la realidad y denunciar las injusticias y las desigualdades sociales. También un ejemplo paradigmático del paso de la imagen como unidad aislada a la serie fotográfica, con más capacidad y efectividad para construir un relato sobre la siempre compleja e inabarcable realidad.
Los aficionados a la fotografía en Valencia estamos de enhorabuena porque tenemos la oportunidad de ver de cerca unas instantáneas que son el reflejo de una época en la que, por desgracia y como llevamos años sufriendo en nuestro país, la crisis económica y financiara empujó a la más extrema pobreza y necesidad a un sinfín de familias que se quedaron de repente y sin apenas esperarlo sin presente, pero también sin futuro.